Es una extensa zona poblada de acacias. Y sin embargo su nombre proviene del occitan “vaïssa” que significa avellano! Y si nuestros antepasados lo nombraron así es que entonces el avellano era la especie predominante en este lugar… hasta la llegada de la revolución industrial y la explotación del carbón.

En realidad este bosque es una sucesión de minas a cielo abierto explotadas en el siglo XIX, y una vez abandonadas se repobló con acacias. Con el tiempo, las acacias que son una especie invasora, han ido colonizando el espacio. Pero qué gusto pasearse hoy por las sendas de este bosque de la Vaysse, cuando florecen las acacias y desprenden un perfume embriagador. Nubes de abejas, con un zumbido continuo impresionante, liban el néctar de las flores. Los más golosos recogerán unas flores para hacer deliciosos buñuelos.

Pero el bosque reserva más sorpresas, en particular vestigios de la epopeya industrial, como el túnel o el peñasco horadado y también la Montaña que arde, fenómeno de combustión natural subterránea con la emanación de un gas cargado de propiedades para cuidar los reumatismos y la artrosis. Se ven perfectamente las cañerías que conducen el gas hasta el establecimiento termal.

Para disfrutar plena y tranquilamente de todos esos tesoros, una topoguía de senderismo “De découverte en découverte” propone rutas señalizadas adaptadas tanto a las familias como a los senderistas confirmados. Pueden procurarse esa guía en la Oficina de Turismo y Termalismo de Decazeville Communauté.

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